Una ciudad se puede definir como inteligente cuando muestra un desempeño positivo en estos tres ámbitos y está construida en base a una combinación «inteligente» de dotaciones (comunicaciones, infraestructuras, desarrollo económico) y actividades de la ciudadanía conscientes e independientes (participación, educación) que hacen una gestión racional de sus recursos disponibles ejercida a través de un gobierno abierto.

Cuatro principales focos de valor

Es sostenible: usa tecnología digital para reducir costos y optimizar el consumo de recursos, de modo que su actual administración no comprometa el uso por parte de las generaciones futuras.

Es inclusiva y transparente: tiene canales de comunicación directos con la ciudadanía, opera con datos abiertos y permite hacer el seguimiento de los presupuestos invertidos.

Genera riqueza: ofrece infraestructuras adecuadas para la generación de empleos de alta calidad, innovación, competitividad y crecimiento de los negocios.

Está hecha para la ciudadanía: usa tecnología digital para mejorar la calidad de vida de las personas y dar acceso rápido a servicios públicos más eficientes.


 

Ecosistema de agentes de valor en la Smart City